Dentro del mundo del marketing, el marketing político online se ha constituido ya en una interesante especialidad, en auge creciente. Iniciativas como la del voto electrónico y la democracia digital (o e-democracy) prometen acercar cada vez más el ámbito político al mundo online, de modo que no es de extrañar que se torne cada vez más importante que los políticos tengan y mantengan canales de comunicación online afines a sus intereses propagandísticos y que cada vez se involucren más en el marketing político online.
El marketing online le permite al político:
- Contar con un medio de comunicación propio y permanente, de alcance global
- Administrar la reputación propia (reputation management)
- Interactuar en forma directa con periodistas y la ciudadanía en general
- Involucrar a los seguidores en la campaña
- Comunicar su posición sobre hechos y debates de actualidad
- Brindar imagen de transparencia y proximidad
Marketing político online y campañas
Internet es, por supuesto, un medio publicitario que no puede faltar al momento de lanzar una campaña política. Pero es fundamental, además, establecer canales de comunicación online continua, que le permitan al político mantener contacto con sus seguidores en todo momento.
Cuando llegue la hora de hacer campaña, disponer de antemano de una importante base de datos de emails, así como de una buena cantidad de seguidores en redes sociales, será de gran ayuda y potenciará cualquier mensaje y acción que se emprenda.
Además, el medio online ofrece posibilidades que los medios tradicionales no tienen (en especial interactividad y comunicación multimedia), por lo que brinda mayor espacio para la creatividad en las campañas.
Marketing político online y social media
Las redes sociales son espacios de socialización, y por eso es importante que la comunicación del político sea cercana y transparente. Dependiendo del tiempo y de los recursos disponibles, el manejo de las cuentas en social media pueden ser realizadas por el propio político, o por un empleado encargado de la tarea. Ambas posibilidades tienen ventajas y desventajas, y en algunos casos se realizan ambas cosas en simultáneo.
En el caso de que el político publique personalmente, es necesario que sea asesorado en la tarea, porque no faltan casos de escándalos surgidos a partir de un tweet inconveniente por parte de un político.
Nos guste o no, los periodistas y el público en general suelen utilizar la cantidad de fans de Facebook, así como la cantidad de seguidores y menciones en Twitter como medidas de reputación e influencia, por lo que trabajar para hacer crecer las redes sociales brindará imagen de éxito y popularidad.
Un excelente ejemplo y un caso de análisis frecuente de utilización de las redes sociales con fines políticos es el de Barack Obama, quien cuenta con perfiles en todas las redes sociales más populares: Facebook, Twitter, Google Plus, YouTube, MySpace y Linkedin. Además, su sitio web barackobama.com tiene muchas funcionalidades de red social, y fue desarrollado nada menos que por Chris Hughes, uno de los cofundadores de Facebook.
Marketing político online y reputación
Suele decirse que «la primera impresión es la que cuenta», y esto es especialmente cierto cuando se trata de qué es lo primero que encuentra alguien que busca el nombre de un político en Google, Yahoo u otro buscador.
Una buena estrategia de SEO (search engine optimization u optimización para motores de búsqueda) permitirá controlar, en la mayor parte de los casos, qué verá un usuario al buscar información online, una de las principales preocupaciones de los políticos. Idealmente, los primeros resultados deberían ser el sitio web del político, su página en Wikipedia y sus cuentas en redes sociales.
La reputación online también estará en buena medida determinada por el comportamiento del político en el medio online. En el mundo no faltan los escándalos y crisis de imagen asociadas a alguna acción indebida. El caso más extremo es probablemente el de Anthony Weiner en 2011. El ex congresista estadounidense envió fotografías eróticas a través de Internet a diversas mujeres. El caso se conoció como el «Weinergate» y todavía quedan secuelas: al buscar el nombre del político en Google, varias de las búsquedas sugeridas por el buscador están asociadas a ese episodio.
Marketing político online y participación ciudadana
Una de las posibilidades más interesantes que le brinda el marketing online a la comunicación política es sin duda el del crowdsourcing o tercerización masiva. Gracias al crowdsourcing, la campaña política cobra una importante dimensión interactiva, que potencia la viralidad y el alcance (reach).
Además, el mensaje propagandístico cobra mayor credibilidad cuando es sostenido por una comunidad, especialmente si personas cercanas a nosotros forman parte de esa comunidad, algo que se conoce como el principio de la prueba social.